LA LIMONADA
Si bien el ser humano siempre está expuesto a riesgos de distinta índole, esta crisis es distinta. Por primera vez en siglos, se ve afectada casi la totalidad de la población mundial. Los medios, liderados por Internet y especialmente por las redes sociales, nos bombardean de forma incesante como si tuviéramos parlantes transmitiendo permanentemente en nuestros oídos.
Lo que nos da fuerzas es la certeza de que, más temprano que tarde esta crisis va a terminar. Nos reencontraremos con nuestros familiares, equipos de trabajo, amigos y todo será historia. Y si bien es cierto no todo depende de nosotros en este momento, nuestra actitud y nuestras decisiones sí lo son. El tiempo va a pasar y de nosotros depende hacer algo productivo de todo esto.
Hagamos limonada con los limones. Una buena limonada que nos de una sensación de que este tiempo de crisis efectivamente nos ayudó a crecer.
Queremos aportar con ideas concretas, es por esto que hicimos una selección de las 5 que creemos podrían tener un impacto positivo desde el punto de vista profesional:
1. Estructurar tu trabajo y rutina diaria: Los ritos son importantes, nos entregan estructura y orden en nuestros procesos personales y profesionales. Es importante que mantengamos cierta rutina, la cual obviamente estará modificada en relación a un periodo de normalidad, pero será nuestra rutina.
Por otro lado el teletrabajo y la necesidad de ajustar los presupuestos, nos hacen ser más conscientes de la forma en la que estamos empleando el recurso actual.
2. Cuidar la interacción con tu equipo: Mantenernos unidos, mostrar empatía, mantener una comunicación franca y abierta, y liderar a través del ejemplo, son la mejor forma de enfrentar cualquier crisis. Nuestros colaboradores pueden sentirse valorados y cuidados si tenemos medidas de prevención necesarias y a disposición, si escuchamos sus miedos, si nos ven y nos sienten a su lado. Los colaboradores que están en casa pueden mantener la moral alta si estamos en contacto recurrente y compartiendo mensajes que les hagan sentir que no están solos. Esta es una excelente oportunidad para fortalecer la lealtad hacia la organización y para que el equipo se sienta motivado y unido.
3. Preparemos la vuelta: Cuando esto acabe, se esperará volver a los estándares y ritmos de la antigua normalidad, pero es necesario preguntarse, ¿qué puedo rescatar de la forma de hacer las cosas durante este período?, ¿Queremos volver a la antigua normalidad y queremos construir una nueva que tenga lo mejor de cada período?. Es importante tener claro esto no será instantáneo, será un proceso. Por lo mismo es importante prepararse y trabajarlo a nivel de equipo. Conversar el cuál es la mejor forma para hacer el proceso; analizar si es necesario contar con protocolos internos que nos permitan establecer los estándares que debemos cuidar. Preguntarse ¿Cómo haremos para que no afecte a nuestra productividad?, ¿Cuántos cambios tendremos que realizar? y ¿Cómo serán estos cambios recibidos por el equipo? son temas importantes de poner sobre la mesa para bajar los niveles de ansiedad, entiendo que es difícil tener una respuesta definitiva todavía.
Debemos estar preparados para esos cambios y la recepción por parte de los involucrados. Es por esto que el sensibilizar y capacitar al personal permite el generar acciones concretas, entregando la seguridad, contención y coherencia mediante un liderazgo efectivo, que permita salir airoso de este tiempo que pone en juego la flexibilidad y adaptación al cambio.
4. Mejorar nuestros hábitos personales: No tener el estrés del transporte diario o de la ‘reunionitis’ en la oficina hace que el trabajo en nuestro día a día fluya de manera diferente. Al principio de cada día es importante plantearse las tres tareas con más alta prioridad, que no pueden dejar de hacerse. Y no olvidar que somos humanos, y que nuestra mente necesita paz, ejercicio, oxigenación y alimentación. Cambiar de rutina es una gran oportunidad para mejorar también como personas.
5. Stay calm and...: Perder el control, angustiarnos, pensar en el futuro como si fuera una avalancha, no aporta en nada ni mejora la situación. Así que lo mejor que podemos hacer es analizar el presente y tomar decisiones a partir de la información que tenemos a la mano. ¿Va a haber consecuencias económicas?, por supuesto, pero no van a ser letales. La industria va a seguir y nosotros también dentro de ella, así que tengamos la cabeza fría para ver, día con día, en qué dirección se va moviendo la marea y ajustemos así el timón del barco. Pero solo cada ola va a mostrar la dirección correcta, así que tenemos que esperar a que se acerque cada una de ellas.